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sábado, 27 de febrero de 2016

AMAR SIN MIEDO.

Un peregrino llegó a la aldea de Abu-Yazid.
Enséñame la manera más rápida de llegar hasta Dios, le pidió.
Abu-Yazid respondió con apenas cinco palabras...: Ámalo con todas tus fuerzas.
Eso ya lo hago.
Entonces necesitas ser amado por los demás.
Por qué, preguntó el peregrino...
Porque Dios mira el corazón de todos los hombres.
Cuando visite el tuyo, ciertamente verá tu amor por Él, y se alegrará.
Siembra ya, si en el corazón de otras personas encuentra tu nombre escrito con cariño, ten por seguro que pondrá mucha más atención en ti.


Autor desconocido

Feliz Cumple


domingo, 21 de febrero de 2016

EL VERDADERO AMOR.




"Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana, mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno, sufrió un infarto y cayó. Mi padre la levantó como pudo y, casi a rastras, la subió a la camioneta. 
A toda velocidad, sin respetar semáforos, la condujo hasta el hospital.
Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido.
Durante el sepelio, mi padre no habló; su mirada estaba perdida. Casi no lloró.
Esa noche, sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia, recordamos hermosas anécdotas y él pidió a mi hermano, teólogo, que le dijera donde estaría mamá en ese momento. 
Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, y de conjeturas de cómo y dónde estaría ella.
Mi padre escuchaba con atención. 
De pronto pidió que lo lleváramos al cementerio.
"¡Papá!", respondimos, "¡son las 11 de la noche, no podemos ir al cementerio ahora!".
Alzó la voz, y con una mirada vidriosa dijo:
"No discutan conmigo, por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años".
Se produjo un momento de respetuoso silencio, no discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador. 
Con una linterna llegamos a la tumba. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos, que veíamos la escena conmovidos:

"Fueron 55 años... ¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero, si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer".

Hizo una pausa, y se limpió la cara. "Ella y yo, estuvimos juntos en aquella crisis. Cambié de empleo...", continuó. "Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. 
Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de los seres queridos, oramos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido, y estoy contento, ¿saben por qué?

Porque se fue antes que yo. Ella no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. 
Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto, que no me hubiera gustado que sufriera...".
Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado en lágrimas.
Lo abrazamos, y él nos consoló: "Todo está bien, podemos irnos a casa; ha sido un buen día".
Esa noche entendí lo que es el verdadero amor; dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, ni con el 
sexo, más bien se vincula al trabajo, al complemento, al cuidado y, sobre todo, al verdadero amor que se profesan dos personas realmente comprometidas".

miércoles, 10 de febrero de 2016

¿DE QUÉ SE TRATA LA VIDA?

La vida no se mide marcando puntos (como en un juego).
La vida no se mide por el número de amigos que tienes.
O por que tan aceptado eres por los demás.
No se mide según los planes que tienes para este fin de semana o si te
quedas en casa. No se mide según con quien sales, con quien solías salir ni
por el  número de personas con quienes has salido, ni por si no has salido
nunca con  nadie.
No se mide por la manera en que te representas en una hoja de papel ni  por
quien te acepta a través de "tu escrito".
La vida simplemente no es nada de eso.



Pero la vida si se mide según a quien amas y según a quien dañas.
Se mide según que tan feliz o infeliz haces a otros a propósito.
Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o como un
arma.
Se trata de lo que dices y quieres decir, intentando ser dañino o benéfico.
Se trata de cuando inicias rumores y contribuyes con los pequeños chismes.
Se trata de los juicios que formulas y porque los formulas. Y a quien  se
los comentas.
Se trata de a quien no le haces caso o ignoras... adrede y con toda
intención.
Se trata de lo celoso, temeroso, ignorante y vengativo que pudieras ser.
Se trata del odio y el amor que llevas por dentro, dejándolo crecer, y de la
manera que lo prodigas.
En su mayor parte se trata de si usas tu vida para ayudar o para envenenar
el corazón de otra gente.
Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros.

Y de esas decisiones se trata la vida.

DÍ LO QUE SIENTES.



Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas...
  • Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
  • Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
  • Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
  • Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero y que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.

Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.
Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso, y que estuviste muy ocupado para concederle a alguien un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.

Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.

SE PACIENTE CONTIGO MISMO.

  Ninguna herida sana sin dejar una cicatriz. Y hasta las heridas bien curadas vuelven a doler en algún momento. No te enojes! Solo lo hacen...