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martes, 6 de mayo de 2014

EL MAESTRO SUFI



El Maestro sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma... 

- Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado... 
- Pido perdón por eso. – Se disculpó el maestro – Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno. 
- Gracias maestro.- respondió halagado el discípulo 
- Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites? 
- Sí. Muchas gracias – dijo el discípulo. 
- ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?... 
- Me encantaría... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro... 
- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte... 
- Permíteme que te lo mastique antes de dártelo... 
- No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! Se quejó, sorprendido el discípulo. 

El maestro hizo una pausa y dijo: 
- Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada.

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