He aprendido que no tengo que cambiar de amigos si comprendo y acepto que los
amigos cambian.
He aprendido que dos personas pueden mirar la misma cosa y ver algo totalmente
diferente.
He aprendido que, sin importar las circunstancias, cuando soy honesto conmigo,
llego más lejos en la vida.
He aprendido que aún cuando pienso que no puedo más, cuando un amigo pide
ayuda, logro encontrar la fuerza para ayudarlo.
He aprendido que es muy difícil fijar el límite entre no herir los sentimientos
de los demás por defender lo que yo creo.
He aprendido, que aunque a veces me sienta terriblemente solo y abandonado,
Dios siempre estará conmigo.
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